Tras amagar dos días con una posible huelga, la Liga de Fútbol Profesional (LFP), José Luis Astiazarán al frente, decidió ayer apelar al diálogo. No habrá parón ni en Primera ni en Segunda División para protestar contra el fin de la ley Beckham -que permitía tributar al 24% en lugar de al 43% a los fichajes extranjeros durante cinco años-, pero la patronal del fútbol no quiere dejar pasar esta oportunidad para negociar asuntos de mayor calado, como el fin de los partidos en abierto, la posibilidad de beneficiarse de un IVA reducido o cobrar por la cesión de los resúmenes de los partidos.
Por eso la propuesta concreta que salió de la asamblea extraordinaria de más de dos horas de los directivos de los 42 clubes de Primera y Segunda en Madrid fue la creación de "una comisión de negociación que entable un diálogo urgente con los poderes públicos sobre este asunto en particular y otros que afectan al fútbol profesional". Esa comisión la formarán Astiazarán y los presidentes del Real Madrid (Florentino Pérez), Sevilla (José María del Nido), Numancia (Francisco Rubio) y Nàstic (Xavier Salvadó). A pesar del revuelo de los últimos días -la LFP llegó a estimar en 100 millones de euros el coste del cambio legislativo para los clubes-, la nueva norma no es negociable, ya que ha sido pactada como una enmienda a los Presupuestos entre el PSOE y BNG, IU-ICV y ERC. Además tiene un alcance limitado. Sólo afectará, a partir del 1 de enero próximo, a los jugadores que no hayan residido en España los últimos 10 años y que cobren 600.000 euros o más. De los 1.960 beneficiarios de este régimen especial el último ejercicio sólo 60 alcanzaron esta cantidad, según Hacienda. 43 eran futbolistas (casi el 72%) y el resto profesionales de otros campos. En Primera juegan más de 500 jugadores, la mayoría de los cuales está sujeto a la tributación general.
La posible huelga contaba, además, con dos inconvenientes añadidos: el calendario y la falta de apoyo entre los seguidores y los profesionales del fútbol (jugadores, entrenadores y algunos directivos). En una temporada previa al Mundial no hay ni una sola fecha libre entre la próxima jornada y el fin de la Liga en todo el calendario futbolístico, vacaciones invernales aparte. "Aquí no hacemos las leyes, nos dedicamos a cumplirlas. No tendría ningún sentido organizar huelgas ni cosas parecidas y sí hablar para ver si las cosas se pueden mejorar", apuntó Joan Oliver, director general del Barcelona. El Barça estuvo representado en la LFP por el director de fútbol y de relaciones con organismos deportivos, Raul Sanllehí, y Pere Lluis Mellado, de la asesoría jurídica.
"Nos tiene que preocupar el tema del porcentaje de las quinielas y de los millones que se gastan en las apuestas, que es algo que generamos nosotros. Ahí es donde se tiene que hacer fuerte la Liga", recordó desde el Deportivo su entrenador, Miguel Ángel Lotina. Preguntados los aficionados sobre si consideraban justa la reforma, sendas encuestas en las webs de la cadena SER y del diario As eran contundentes: el 92% y el 88%, respectivamente, de los visitantes votaron sí.
Pero hay otros asuntos que preocupan a la patronal del fútbol y que sí están encima de la mesa y pueden ser objeto de negociación. Como la Ley Audiovisual, que se encuentra en tramitación parlamentaria. La LFP es partidaria de eliminar el partido en abierto de los sábados, y pone de ejemplo a la Premier League o la Serie A, y de cobrar por los resúmenes de los partidos de cada fin de semana. En cuanto al IVA, los clubes defienden que el fútbol es un espectáculo y, sin embargo, tiene un IVA más alto (16%) que el cine, el teatro, las exhibiciones culturales o ferias (7%). "El cine, el teatro o los toros no contribuyen tanto al erario público como el fútbol, con más de mil millones de euros anuales", dijo Del Nido, presidente del Sevilla y miembro de la comisión negociadora. "Lo primero es que se nos oiga como afectados", continuó, "por eso alzamos la voz. El fútbol profesional es una gallina de los huevos de oro y de lo que se trata es de no acabar con ella".
Desde el Gobierno, el secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, recordó que su postura ha sido de "diálogo permanente con la LFP", un diálogo que considera muy fructífero, y explicó que Astiazarán le llamó tras la Asamblea y que ambos acordaron trabajar "juntos y con celeridad".
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