Hay días emocionantes...

... y, aunque parezca simplista, sinceramente creo que sólo el deporte rey puede provocarlos. No días emocionantes en general, que haberlos haylos. Afortunadamente suelen ser muchos, aunque aquellos en los que aparezcan nubes negras tiendan a empequeñecerlos, a aparentar que son menos de los que realmente son. Estos días emocionantes arrancan en la madrugá, que dirían en el sur. Las radios no dudan en hablar de él cuanto haga falta. Y al despertar siguen con el tema, como hacen las televisiones. Los diarios no son menos. Es uno de los miles de partidos del siglo. Da igual. Los nervios atenazan los estómagos y los aficionados, de uno y otro equipo, sueñan con poder ser uno de los 22 hombres sobre el terreno de juego. Se pagarían fortunas, que hoy más que nunca no se tienen, para poder estar sobre el tapete verde, para alzar la vista y saber que 80.000 almas siguen todos tus movimientos. Si el fútbol es grande, la Champions es su Everest. Y hoy presenta un partido imprescindible. No me lo pienso perder, aunque sea para que salgan las mariposas que tengo dentro del cuerpo.

Hay días tristes...

aunque esta vez no sea por uno mismo. Tardaba en hacer un post futbolero. Hoy es el día. Es triste ver como un grupo humano evoca, jornada tras jornada, cánticos de Amaral. Aquéllo del "Sin tí no soy nada" podría ser el himno del Arsenal. Un equipo valiente, descarado, atrevido. Dentro del campo, fuera de él. Un equipo que apuesta por los jóvenes como ya nadie (dentro y fuera del deporte) hace. Pero sin Cesc no es nada. Lleva una racha tan horrenda como lo fue la lesión, en su momento, de Eduardo da Silva, otro de sus chicos maravilla. Hoy he visto al Arsenal. Ya no es alegre. Y es triste ver a tantos jóvenes sin esa alegría por disfrutar, que era la vía por la que siempre ganaban. ¡Vuelve Fábregas! Sin tí no son nada...

Jofresa gana a Sabonis

El parqué del Magariños temblaba. El ritmo de una canción de James Brown se mezclaba con el entrenamiento de los jugadores en pista. Acabado el calentamiento la megafonía menciona a los 24 contendientes del Joventut y Unicaja. Entre todos, dos nombres que rememoran el pasado reciente de la ACB: Jofresa y Sabonis. No se trata ni de Rafa ni de Arvydas, sino de sus hijos, David y Domantas, que desde hoy y hasta el domingo juegan la Minicopa del Rey de baloncesto, torneo en que mide a las ocho canteras de los equipos clasificados para el torneo senior.

La pureza del baloncesto y la competición como aprendizaje son la clave de este torneo. Eso creen el ex seleccionador nacional Pepu Hernández y Juan Antonio San Epifanio, Epi, presentes en el Magariños siguiendo la primera jornada. O Esteve Rubio, padre de Ricky Rubio (MVP de la Minicopa de 2004), quien cree que es en estas edades cuando los chicos juegan simplemente por pasión por el deporte. "Luego pasan a ser profesionales y hay muchos intereses". Epi va más allá: "Lo importante es que aprendan a jugar individual, pero también en equipo, a tener una disciplina, que aprendan a ser deportistas".

David Jofresa y Domantas Sabonis no son los únicos jugadores de renombre. El Estudiantes cuenta con Gonzalo Orenga y Lucas Antúnez, hijos de Juan Antonio Orenga y José Miguel Antúnez. Son sólo parte de los 96 jugadores de entre 13 y 14 años que disputan esta Copa y sus cuatro apellidos evocan grandes momentos. Una duda surge cuando se habla de formación en los jóvenes deportistas, pero ¿portar esos apellidos puede ser una presión añadida? Para Pepu, no. "Los jugadores en esta y en cualquier edad no deben de sentir más presión que la que su equipo, o su mente, genera", explica. "Lo demás es ilusión para que las cosas salgan bien". Epi discrepa: "Sí. Sin duda les puede afectar, porque siempre van a ser juzgados por los rivales, por los compañeros y por quien rodea al equipo". La principal ventaja estaría en la experiencia: "Tener un padre con conocimientos, siempre que el hijo quiera que se los aplique, es un plus. Los padres que han sido profesionales les pueden ayudar a ver el baloncesto de una manera más directa".

Una vez en cancha se ve que el apellido no pesa. Pesa la aptitud y la actitud. Algo que, pese a su edad, muchos ya tienen. Como el base del Joventut Xavier Assalit, que pese a su estatura (1,63 metros) no rehuye adentrarse entre los pívots con tal de entrar a canasta. Como el escolta Alberto de Miguel, del Real Madrid, que se juega los tiros de su equipo, casi siempre con acierto. O como Alberto Santos, alero del Kalise, que lo bordó con sus 23 puntos. ¿Y los hijos de las leyendas? Destacó el desparpajo de Jofresa, en la victoria ante el Unicaja de Sabonis. Orenga, Antúnez y el propio Sabonis estuvieron más discretos. Pero, jueguen como jueguen, como diría Juan Orenga, hay que aplaudirlos.

El infranqueable muro tulipán

Pocos daban una libra por aquel portero asemejado a Pinocho cuando sir Alex Ferguson le llamó para reforzar la portería del Manchester United. Los tiempos de gloria, de gran gloria, parecían cosa del pasado. Más que futuro, el fichaje de Edwin Van der Sar (Voorhout, 1970) por los diablos rojos parecía un remiendo. Veterano, procedente de un club de media tabla como el Fulham que se le suponía como el equipo de su retiro y por el que se pagó una cifra irrisoria: 2 millones de libras. "Con 34 años Van der Sar no parece ser una solución a largo plazo para los problemas que tiene el United desde la marcha de Schmeichel", vaticinó tras su fichaje el diario The Times.

Pero Ferguson acertó. Aquel tallo holandés (1,98 metros) no solo se asentó entre los palos de Old Trafford, sino que transmitió la seguridad que toda defensa necesita cuando ve a su guardameta. Un dato lo corrobora: nadie encajó, en la pasada Premier League, menos goles que él. 22, por los 26 de Cech (Chelsea) o los 28 de Reina (Liverpool), en equipos teóricamente más defensivos que el United.

Una seguridad de la que ya disfrutaron en Ámsterdam, Turín y Londres. No hubo un equipo por el que pasara en el que no ganara algo. En el Ajax formó parte del equipo que levantó la Copa de Europa de 1995, trofeo que volvió a ganar con el Manchester el año pasado. La actuación del portero fue clave en la final, ganada por penaltis al Chelsea de Cech. Entre su juventud holandesa y su madurez británica queda su paso por otro de los grandes, el Juventus... aparte de un palmarés completado por seis ligas, tres copas de Holanda, dos Intertotos, una Intercontinental y un Mundialito de Clubes, entre otros.

Tras imponerse el Manchester, curioso guiño del calendario, al Fulham (3-0) Van der Sar logró, a sus 38 años, un record con el que todo portero sueña. Ser imbatible. Lo ha sido en una gran liga europea durante 14 partidos, 1.305 minutos desde que Samir Nasri le batiese en la 12ª jornada de la Premier. Algo que antes fueron otros compañeros como Abel (1.275 minutos sin encajar un gol), el propio Cech (1.025 minutos), Vitor Baía (1.191) o Rossi (929). Queda lejos el récord mundial, que está en los guantes del brasileño de Vasco de Gama Mazarponi (1.816 minutos). Visto lo visto, ya no es descartable que Pinocho, el Gigante Verde, el Holandés Volador lo consiga.

Ocho aspirantes, una Copa

Así llegan los equipos al Palacio de los Deportes

TAU (cinco títulos, último en 2006)
Implacable. Así se ha mostrado el TAU en el camino hasta esta edición de la Copa del Rey. El puño baskonista ha caído con fuerza en la ACB, en donde sólo ha cedido dos derrotas por las 20 victorias que ha cosechado. El equipo de Ivanovic llega a Madrid (donde ganó su última Copa) con un Rakocevic loco por volver a demostrar en la capital la clase que tiene. Prigioni, Mickeal o Splitter son otros tres de los mosqueteros de un TAU favorito a todo.

BARCELONA (20 títulos, último en 2007)
Dos quintetos para uno solo. Así se presenta el FC Barcelona en Madrid. Los culés tienen, sin lugar a dudas, una de las mejores plantillas de Europa, rematada con el retorno de Navarro tras su breve periplo en la NBA. Salvo por la baja de Lakovic, el Barça tiene un potencial increíble: junto a Navarro están los Ilyasova, Vázquez, Basile, Sada, Andersen…

REAL MADRID (22 títulos, último en 1993)
De remontada en remontada hasta la victoria final. El equipo de Joan Plaza se ha especializado en espectaculares remontadas en partidos que tenían prácticamente perdidos. En la ACB y en la Euroliga, Barcelona, Maccabi y TAU, entre otros, dan fe de que el espíritu de los guerreros de Maljkovich sigue presente en Reyes, Bullock, Raúl López, Hervelle a los que se ha unido Sergi Llull, la última perla del baloncesto español.

DKV (ocho títulos, último en 2008)
Sin Aíto y sin Rudy, cualquiera pensaría que el Joventut poco podrá hacer este año. Dos decepciones, como Mensah-Bonsu o Wright. Pau, tampoco ayuda mucho a cambiar este pesimismo. Pero el Joventut tiene a dos jóvenes muy aconsejables como Ribas y Henk Novel. Y a Sito Alonso en el banco, que se está demostrando como un buen recambio para Aíto. Y, por supuesto, tiene a Ricky Rubio. Si está bien de su lesión, es la gran baza de los verdinegros.

UNICAJA (un título, 2005)
Tener a Aíto en el banco es sinónimo de ser favorito. Pese a que no pasan por su mejor momento. Pese a que están siendo más irregulares de lo que se esperaba. Pero los malagueños son suficientemente poderosos para ganar a cualquiera. El protagonista es el bloque, como no podía ser menos con el técnico que tienen, pero sus Kelati, Archibald, Jiménez, Welsch, Cook y, sobre todo, Haislip, pueden ser claves a un partido.

KALISE
La, para muchos, cenicienta puede ser más la bestia tapada que la bella doncella que se cree. Su defensa y su espíritu de lucha, sacrificio, le dan permiso para creer que, en este torneo, pueda dar un susto a más de uno. El dominio de Freeland en la pintura y la mano del irregular, pero peligroso, English son dos de las claves del conjunto de Salva Maldonando.

PAMESA (un título, 1998)
Con una marcha desigual en la ACB (ocho victorias por siete derrotas) el equipo de Spahija es la gran incógnita. Antes, durante y después de la Copa. A favor, el equilibrio que poco a poco va teniendo, la presencia Perovic, Rafa Martínez o Miralles. En contra, la lesión de un jugón como Víctor Claver. Y, entre una cosa y otra, su base Shammond Williams.

ESTUDIANTES (tres títulos, último en 2000)
Llegan con ganas tras un buen último mes. Ausente habitual en las últimas ediciones (en esta se plantan como anfitriones) los estudiantiles quieren dar la nota. Luis Casimiro quiere que sus chicos sigan dejando la buena imagen tanto de sus últimos partidos como de los enfrentamientos que han tenido este año contra los grandes… eso sí, a ser posible con victoria para los colegiale.

"Peor no podemos estar"

Con la cabeza gacha. Así estuvo Aguirre en la rueda de prensa. Ni supo dónde mirar, ni supo qué hacer en el partido. La primera respuesta fue clara: "Hemos tocado fondo en cuanto a juego y resultados". Y matizó: "El Valladolid jugó mejor. Los jugadores se entregaron. No hay reproche". Sí los hubo. La afición, cansada del fútbol del equipo, que sólo suma dos puntos este año de 15 posibles, pitó y abucheó a todo lo que se movía: de Pernía al palco, que acabó siendo tomado por miembros de seguridad del club.

Pero Aguirre no teme por su puesto. Es más, cree "plenamente" que pueden hacer algo en la Liga o en la Copa de Europa. No se plantea dimitir, aunque reconociera que Cerezo bajara al final del partido para "hablarles fuerte", aunque no quiso precisar cuánto de fuerte.

Este enésimo "paso atrás" que lleva el Atlético tiene, para el técnico, solución: "Es cuestión de retomar el camino, organizarnos e ir para arriba". Es sencillo: sólo pueden subir, según las cuentas del técnico. "Peor no podemos estar y peor no lo podemos hacer", admitió.

Época de rebajas

Los clubes de la Liga española no se rascaron el bolsillo en el mercado de invierno, que anoche echó el cierre. Extrayendo del gasto total el desembolso del Madrid, los que se reforzaron apenas invirtieron 4,35 millones de euros. El gasto medio por jugador, contando las altas de los blancos (41,5 millones), es de 1,86 millones. Comparando con otros eneros, los 45,85 millones totales son un gasto superior al del año pasado (29,1), pero lejano del récord (72), establecido en 1998.

El Madrid cambió de cromos: dio de baja a Van Nistelrooy, Diarra y De la Red, lesionados de larga duración, y les suplieron Lass, Huntelaar y Parejo. También se hizo con el extremo diestro Faubert, cedido por el West Ham. El Numancia también se reforzó con cuatro jugadores, pero no se dejó un céntimo. Llegan Raúl Bravo, Aranda y Kelemen, conocedores de la Liga, junto al joven Lago Junior. El Valencia firmó a Carleto y a César para los palos. Zigic volvió al Racing, Aouate dejó el Deportivo por Mallorca, el Valladolid se hizo con Oldoni y el Betis dio de alta a Odonkor.

Mallorca, Espanyol y Osasuna mantuvieron la tradición de los equipos en peligro: siempre fichan en invierno. En el último lustro, menos el Levante el año pasado, todos los que estaban en la jornada 20ª en descenso contrataron en enero. Sólo se salvó la mitad. También sigue otra constante: menos el Barça en 2005 (cuando se hizo con Albertini y Maxi López), el líder no se refuerza. Fichar no siempre es sinónimo de éxito: memorables fichajes como el citado Maxi López (5,7 millones) u Ognejnovic (2,7 millones) así lo demuestran. En Europa, el Manchester City fue el gran protagonista: tras ofrecer más de 100 millones por Kaká, se gastó otros 48 entre Bridge, Bellamy y De Jong. Beckham llegó cedido al Milan.

Hay días en que uno revisita los clásicos...

... y no puede dejar de maravillarse con ellos. O con alguno en concreto de ellos. O, concretamente hablando, con uno que habla y escribe como los dioses. Como los clásicos de la literatura patria reemplazados en el tiempo y en la forma, que no el fondo. Julio César reeditado y ampliado, Julio César Iglesias. Todo por una entrevista que hoy publica As. Da envidia, y a la vez en cierta medida te obliga a mejorar, el ver cómo alguien puede hacer literatura de un detalle o de la propia irrelevancia que todos sabemos que tiene lo nuestro: el periodismo deportivo.