23 mayo 2006

De dioses, tragedias nacionales y copas

Llega el verano, llega en año par. Eso, para los amantes del deporte rey, solo significa una cosa: Mundial o Eurocopa. Esta vez Alemania será sede de la batalla de todas las selecciones del mundo. Desde las exóticas Australia y Trinidad hasta la frías Suecia y Polonia. 32 combinados en busca de la gloria. 732 jugadores con un sueño: levantar el dorado trofeo el 9 de julio en Berlín. Hacerse un hueco en la gloria es un privilegio reservado a muy pocos. Sólo los elegidos podrán mirar de tú a tú por un momento eternamente breve a los dioses. Sólo 23 jugadores podrán inscribir su nombre junto al de las divinidades que han luchado y ganado este trofeo: Pelé, Charlton, Garrincha, Beckenbauer, Kempes, Muller, Maradona, Rossi, Burruchaga, Matthaus, Romario, Zidane…

Y llega el verano mundial a España, siempre con la incógnita, siempre con la duda a cuestas. ¿Qué harán estos? Sin haber hecho poco más que sonados ridículos y escasas gloriosas eliminaciones, estos siempre parten con el papel de favorito. Este año la cantinela bianual volverá a las listas de éxitos de los medios de comunicación. Por si fuera poco dos equipos españoles, Sevilla y Barcelona, se han proclamado campeones de los dos torneos europeos de clubes. Ahora bien… ¿cómo repercute esto para la selección? Menos de lo que se piensa.

Analizada la convocatoria del Sabio de Hortaleza para Alemania 2006, y las plantillas de uno y otro equipo, nos encontramos con la gran paradoja de que entre los dos campeones europeos sólo viajan a tierras germanas tres jugadores: Puyol, Iniesta y Xavi. Todos del Barcelona. Con el agravante de que de estos tres Iniesta no ha jugado nunca con la furia roja y Xavi llega de una larga lesión que le ha tenido fuera de juego. Nadie del Sevilla, por cierto.

Sin embargo, volvemos a apostar porque este año será –o mejor volverá a ser- nuestro mundial. Protagonista antaño de glorias para la patria, la selección española de fútbol volverá a vivir en el filo de la navaja que separa otra tragedia nacional y el eterno sueño de ser dioses por un día. Sí, ese día: el 9 de julio de 2006.

11 mayo 2006

¡Ese Sevilla!

¡¡Vaya partidazo se marcó ayer el Sevilla!! Qué envidia oye. Ver a toda una grada, a una afición juntos, dándolo todo por su equipo. Un equipo que cogió a los ingleses y les pegó un meneo que todavía deben de estar intentando enterarse de qué iba la movida. Creo, sin temor a equivocarme, que casi toda España -menos media capital andaluza- era un poco biri anoche.

Va por vosotros, ¡que sois gente grande! Muy grande hay que ser para conseguir hacer callar a una afición inglesa. Vosotros ayer los dejásteis mudos y ¡muy muy locos! ¡¡Enhorabuena Sevilla, enhorabuena sevillistas!! ¡¡Os lo merecéis!!