07 noviembre 2009

Barcelona.cat

El Barça siempre ha presumido de ser algo "més que un club". En castellano, "más que un club" (difícil, ¿eh?). Siempre amparado en lo catalán. Siempre mostrando con orgullo su catalanismo. Lo cual no tiene porqué estar mal. Los hay que se sienten muy andaluces, muy vascos, muy gallegos, muy madrileños... y no tiene porqué estar mal sentirse muy catalán. Todo lo contrario.

Ahora, una cosa es sentirse así por naturaleza, y otra es mezclar las churras con las merinas. Algo que lleva sucediendo desde que Laporta fue nombrado presidente. Hoy se da el último caso (si bien temo que no será la última laportada). Antes del partido contra el Mallorca, en Barça Camp Nou, la revista que saca el club, se lee lo siguiente sobre el fichaje de Johan Cruyff por la selección catalana: "Cataluña hace bien en asociarse con la figura de Johan Cruyff. En plena globalización, este nombramiento ha dado la vuelta al mundo, cosa que ha hecho que miles de personas hayan descubierto Cataluña detrás del nombre de Cruyff. El hecho de que su figura se convierta de repente en el altavoz de nuestra selección es importantísimo. El reconocimiento internaconal de la selección haría justicia a la tradición deportiva del país y el Barça se felicitaría".

Pues nada. Que se les reconozca internacionalmente, que jueguen sus paisanos, pero eso sí, de jugar en la Liga española, nanai. Una Liga catalana (ojo, que no de los paísos, que como aquel hombrecillo centroeuropeo también son anexionistas), con ellos, el Nástic, el Girona o el Lleida (mucho me temo que el Espanyol pasaría) en la que el campeón de Liga entre en la primera ronda previa de la Champions y se deba medir al campeón de la chipiriota o de la de turkmenistán.

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