El partido entre un combinado de la Liga española y otro africano (9-8 a favor del primero) era lo de menos. Lo importante era la motivación de la cita. De un lado, algunos de los mejores futbolistas del mundo (en total, participaron 50). De otro, Unicef y una causa justa: escolarizar a niños africanos. Unos 32.000 espectadores, aunque se vendieron unas 43.000 entradas, asistieron anoche ante semejante reclamo al estadio Bernabéu y la recaudación fue del orden de los 300.000 euros. El precio de las localidades, para promover la mayor ocupación posible de las gradas, se fijó entre los cinco euros del cuarto anfiteatro y los 20 para los que eligieron acomodarse en la tribuna. Según las previsiones, el lleno, 80.000 espectadores, habría permitido escolarizar nada más y nada menos que a 100.000 niños.
Habría sido mayor el dato de no ser por el chaparrón que cayó sobre Madrid. La lluvia frenó la asistencia, pero el ambiente era de fiesta, de partido grande. "No se debe tomar el encuentro a broma", explicó antes del mismo Luis Aragonés, "porque el motivo lo merece". El de Hortaleza hizo las veces de entrenador del combinado de África mientras que Javier Clemente fue su homólogo en el de la Liga. "Apoyamos causas buenas", dijo el vasco; "hay que ayudar a los niños. Muchas veces se habla de nuestro egoísmo, pero el fútbol español demuestra que tiene corazón".
Por la Liga intervinieron, entre otros, Sergio Ramos como capitán, Casillas, Marchena, Albelda, Mata, Fernando Llorente, Arbeloa, Granero, Borja, Etxeberría, Negredo, Villa, Soldado y Botía. Por el cuadro africano, entre otros, Kanouté como capitán, Palop, Marcelo, Zokora, Webó, Bodipo, Benachour, Lauren y Mahamadou Diarra. En principio, estaban convocados 70 jugadores, una lista tan amplia que daba hasta para hacer siete equipos. Por participar, participó hasta el cantante David Bisbal, que calentó el ambiente antes del duelo. Y jugaron dándolo todo. Nadie se quedó sin ganas de dejar un destello con el que agradecer al público su asistencia. Quien no tiró un regate trató de meter su golito y los porteros se fueron en varias ocasiones al suelo. Kanouté, uno de los promotores del partido, se llevó una de las ovaciones de la noche al mover cual malabarista el balón ante unos rivales. También fue ovacionado Casillas, que, en un arrebato, tumbó al sevillista con un regate y en otro se marcó una galopada a lo Higuita, el ex portero colombiano.
La belleza del acto se remató con dos momentos altamente emotivos. Uno, la participación de Pernía, lateral del Atlético que hace unos meses sufrió un grave accidente de tráfico. Todavía no ha podido debutar en la Liga, pero no se perdió el partido de ayer. Otro, el retorno del madridista De la Red a su casa permitiéndose el capricho no sólo de dar el saque de honor, sino de tirar desde el centro del campo. No marcó, pero eso también fue lo de menos. En el fondo, no ganó ningún equipo. Sólo ganó África.
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