López (8,3 puntos de media y una valoración de 10,2 en sus 26 partidos en la pasada ACB) no cuenta para el nuevo jefe. Y eso que, a su llegada, Messina no titubeó al ser preguntado en la web del club si el baloncesto español es el mejor de Europa: "Claro, sólo hay que ver la selección". Eso sí, el italiano barrunta que en las próximas semanas puede haber más bajas: "Todas las posiciones pueden mejorar un poco". Alex Mumbrú, Jeremiah Massey o Marko Tomas también están a la espera de conocer su futuro. "Me impliqué en el proyecto madridista al 100%, como siempre he hecho, para tratar de lograr los objetivos marcados. Mi deseo era el de continuar", explicó ayer López en un comunicado, "pero mi carrera profesional se orientará por otros derroteros". Uno de esos derroteros puede ser el Khimki de Moscú, club que también entrena Scariolo.
Ahora, el Madrid deberá reforzar el puesto de base. Hoy sólo aparece en la plantilla el recientemente renovado Sergio Llull. A sus 21 años, es, según Messina, "un jugador muy importante para el equipo". Toca encontrar compañero para el menorquín, también convocado por Scariolo para Polonia en calidad de invitado. Los comentarios apuntan hacia uno de los compañeros de selección de López y Llull: Ricky Rubio. Pero la cláusula de rescisión de su contrato con el Joventut (5,7 millones) y su deseo de irse a la NBA no allanan el camino. Otros nombres sobre la mesa son los de los veteranos Prigioni (Tau) y Holden (CSKA de Moscú). "Tenemos margen para fichar, pero primero hay que dar salida a otros jugadores y no será precisamente fácil", explicó Antonio Maceiras, director de la sección de baloncesto del Madrid, en la presentación de Velickovic.

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