02 septiembre 2005

Ronaldo, tres años de goles y espectáculo

Veni, vidi, vinci. Así fue la llegada del genio brasileño, el mejor delantero del mundo, el 9 ante el que todas las defensas tiemblan. Ronaldo lleva ya tres temporadas en el Real Madrid. Prepárense porteros del mundo, Ronie tiene ganas de títulos

Verano de Mundial 2002. Se disputaba el Mundial de Corea y Japón. Brasil llegaba con dudas, tras no haber realizado una fase de clasificación muy brillante. Es más, la canarinha, dirigida por Luiz Filipe Scolari a punto estuvo de quedarse fuera del torneo, "su" torneo. Los peores presagios casi se apoderan del equipo tras la disputa del primer partido, jugado en Ulsan, donde ganaron por la mínima a la que sería una de las revelaciones del Mundial: Turquía. 2-1 al final del partido... pero por suerte los suramericanos tenían por delante dos peritas en dulce: China y Costa Rica. Ganaron sin problemas, goleando 4-0 a los asiáticos y por 2-5 a los costarricenses. En la punta del ataque brasileiro destacaba la vuelta de un jugador al que muchos daban ya por acabado: Ronaldo.

Con el desarrollo del torneo el 9 no hizo sino acallar a todos los que pensaban de él que no volvería a la élite del fútbol tras sus terribles lesiones en la Serie A con el Inter. Ronie se encontraba cada vez mejor, y eso lo notó Brasil. Vaya si lo notó. Todos los partidos que le llevaron a la final los contaron como victorias. Pero una final de un Mundial es diferente: La meta a la que todos sueñan con llegar, pero donde sólo los más grandes triunfan. Ronaldo ya sabía lo que era eso, lo sufrió en 1998, cuando perdió el título por 3-0 ante la Francia de Zidane. Era un recuerdo demasiado desagradable, y no iba a consentir que eso volviera a pasar. Delante, Alemania, contaba con el que era uno de los mejores porteros del mundo, Oliver Kahn. Todo un duelo... que duró hasta la segunda parte: El imbatible germano permanecía impasible ante las andanadas canarinhas. En el minuto 67 Ronaldo robó un balón a Hamann en el medio campo, pasó a Rivaldo que disparó desde 25 metros. Kahn no pudo detener el balón, que sabiamente se acercó al 9 brasileño. Por fin llegó el gol. 0-1. Poco después Ronie no necesitaría de error alguno por parte alemana: Kleberson inició una jugada que Rivaldo no remató, pero le dejó el gol a Ronaldo, que marcó magistralmente, como marcó en todos los partidos - menos el de cuartos -. Al final, sus 8 goles le proclamaron pichichi mundialista.


Tras quedar demostrado su retorno, el crack brasileño sabía que no podía volver a Italia, no podía arriesgarse a que el calcio volviera a lesionarle. Tenía que abandonar Milan, y sólo un destino podía devolverle completamente la magia que atesoró durante varios años en Europa. Ese destino no podía ser otro que el Real Madrid. Fue un traspaso duro, pero la voluntad del jugador prevaleció sobre todo, quería formar parte del equipo más grande del mundo, y que con él completaba un ataque de ensueño, algo que nadie se podía creer: Ronaldo, Zidane, Raúl, Figo... Su debut se hizo esperar, ya que casi ni pudo realizar la pretemporada con el equipo.


Apenas estrenado octubre pisaba el césped del Bernabéu, esta vez como jugador local. Era el partido Real Madrid - Alavés, de la jornada 5. Nada más iniciar el choque, Zidane iniciaba su fiesta de "bienvenida" con un golazo a la escuadra del portero rival. Era el minuto 1. Figo, en el 30, allanaba aún más el camino tras marcar de penalti. Al poco de iniciar la segunda parte, el estadio se vino abajo. Con el 11 a la espalda, Ronaldo hacía su debut como blanco. Necesitó de pocos minutos para demostrar lo que él, como pocos, sabe hacer: marcar goles. En el 64 enganchó una bolea increíble que, como Zidane, mandó a la escuadra. Su sonrisa volvía a los campos de España. Apenas pasó un cuarto de hora, cuando volvía a dejar otro balón en las redes rivales.

Era el inicio de una relación que ya va a por el cuarto año. Tras tres temporadas, Ronaldo y Real Madrid forman una pareja sólida, estable, y lo más importante de todo: feliz. El 9 es feliz aquí, y el equipo y la afición saben que no hay nadie mejor que él. 83 goles en 134 partidos oficiales con el Club. Algunos de esos partidos forman parte ya de la historia del fútbol, como el partido contra el Athletic: con la Liga en juego, Ronaldo marcó dos goles en el triunfo madridista por 3-1.


Otro partido que se quedó marcado en la retina de todos los merengues fue la derrota contra el Manchester por 4-3. Toda una oda al fútbol, un espectáculo que, cómo no, acaparó el delantero marcando un hat trick que provocó que Old Trafford, el Teatro de los Sueños, se pusiera de pie para ovacionarlo cuando fue sustituido. Le quedan muchos sueños por cumplir, muchos goles que marcar y Ronaldo sabe que el Madrid es el mejor sitio donde puede cumplirlos.

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