dos misiles ante el Mallorca en el Santiago Bernabéu Roberto Carlos suma 61 goles como blanco. Una cifra impresionante si tenemos en cuenta que se coloca, junto con Guti, como el tercer máximo goleador del equipo. Sobre ellos sólo están Raúl (254 goles) y Ronaldo (90 tantos). Pero, tomando como ejemplo algunos compañeros suyos de posición, no hay nadie como él. Su compañero de selección, Cicinho, suma ya más de 13 tantos en Brasil. El mismo Maldini (quien, por cierto, anotó también dos goles el pasado fin de semana) suma 34 goles en sus 20 años en el Milan. Otro gran carrilero en la historia del Club como Camacho sumó 11 tantos. Antes de su marcha a Inglaterra, Asier del Horno sumó 13 goles con la camiseta del Athletic.Nadie le iguala, Roberto Carlos sigue batiendo records jornada tras jornada. La temporada pasada, pese a ser criticado durante gran parte de la misma, concluyó con otras cifras de las que quitan el hipo: Fue el cuarto máximo rematador con la zurda (62 remates) de toda la Liga, por delante de nombres como Savio (59), Forlán (52), Oliveira (47), Mista (44), Yeste (43), Villa (31)... ¡y eso que es un lateral! Además fue el undécimo lanzador de faltas directas (21), igualado con el irlandés Harte, y por delante de Luis García (20), Savio (19), De la Peña (17), Pablo García (16, entonces con Osasuna).
Fue un 31 de agosto de 1996 cuando jugó su primer partido con el Real Madrid. Riazor presenció el estreno del jugador brasileño en un empate a 1 entre Deportivo y Real Madrid. Ya entonces cayó la primera bombita. Esta temporada se cumplen nueve años de su estreno en la máxima competición liguera con el equipo blanco. Llegó a la plantilla madridista de la mano de Fabio Capello. El entrenador italiano ya conocía al jugador brasileño de sus andanzas en el Inter de Milán, club en el que jugó la temporada 1995-96.
Era entonces un jugador joven, con mucha potencia y unas grandes cualidades para el juego de ataque, lo que le permitía ocupar sin problemas toda el frente izquierdo del ataque del club italiano. Su juego, eminentemente ofensivo, le hizo ver la diferencia entre el Palmeiras, club con el que venía de ganar varios títulos nacionales y en el que tenía mucha presencia ofensiva en el ala izquierdo; y el Inter, un equipo a la italiana, donde ocho defienden y tres atacaban. El Real Madrid le brindó la oportunidad de formar parte de un proyecto ganador. Dicho y hecho. La temporada de la llegada del brasileño al Real Madrid, supuso otro título de liga. Era un equipo donde todos defendían cuando había que defender, pero también se atacaba bien y mucho.Roberto Carlos dejó desde el primer momento su sello brasileño en la afición. Subidas supersónicas por la banda, grandes cambios de orientación de balón y la especialidad de la casa: el golpeo de balón. Golpeo que le hizo – si es que no lo era ya – famoso en el Mundialito que disputaron en Francia 1997, aparte de los galos, Italia, Inglaterra y Brasil. En el partido ante Francia, que sería un preámbulo de la final de 1998, Roberto Carlos sorprendió al meta Barthez, al combinado “bleu” y a todo el mundo con su bomba inteligente.
El 3 siempre ha sido rápido, ofensivo, con mucha llegada y la portería rival bien presente en su mente. Tampoco descuida sus responsabilidades en defensa con muy buenas maneras a la hora de cortar el balón, de sacarlo jugado y de cerrar la banda ante cualquier acometida rival. Habiendo jugado tantos años en el Real Madrid no es extraño que sea uno de los tres capitanes de la plantilla junto a Raúl y Guti. Es uno de los jugadores extranjeros del Real Madrid que más partidos ha disputado con la camiseta blanca.
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