Florentino Pérez, único candidato a las elecciones del club, jura y perjura que uno de sus pilares será La Fábrica. Y le creo. En sus años de mandato fueron cuando más jugadores del filial jugaron con el primer equipo. El problema radicó en que al principio la dirección deportiva (o el entrenador de turno) se quedaron cortos a la hora de dar minutos a los jóvenes, y luego se pasaron de largo, intentando que chavales que estaban recién salidos de Segunda B estuvieran aptos para jugar la Liga de Campeones.
Fueron aquellos años de aquella teoría de Zidanes y Pavones. Los Zidanes se fueron. Los Pavones se quemaron.
Tras ellos surgió un nuevo brote, una camada que prometía. Arbeloa, De la Red, Jurado, Negredo, Soldado, Parejo, Javi García, Miguel Torres, Mata, Negredo, el brasileño Filipe Luis... Todos, menos Torres, tuvieron que coger las maletas para tener fuera lo que no tuvieron dentro. Está claro que jugadores de la talla de Drenthe, Reyes, Cassano, Emerson, Gravesen, Diogo, Pablo García o Woodgate merecían tener más minutos que ellos. Ahora Arbeloa es fijo en el Liverpool, como Mata en el Valencia o Filipe Luis en el Deportivo (los dos jugadores de campo con más minutos esta campaña). Granero es el alma del Getafe, en donde Soldado vuelve a meter chicharros, sin Negredo el Almería estaría en Segunda ya el año pasado.
Es triste ver cómo la mejor cantera de España no para de producir tremendos jugadores... aunque sea para otros. Florentino, por favor, aprende de tus errores. Da cancha, progresivamente, a La Fábrica. El madridismo lo agradecerá. El bolsillo del club, también.
De la Red (izquierda) y Granero, con el Getafe
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