"La afición nos tiene que volver a aceptar"

"La gente tiene todo el derecho del mundo de hacer lo que quiera". Estas palabras no salieron de ningún aficionado del Atlético. Fue Enrique Cerezo, su presidente, el primero que salió a excusar a su afición, tras el constante abucheo al equipo. El enfado de la grada, dolida tras el 5-1 de Santander, se hizo notar incluso antes del partido: el once inicial, Agüero y Forlán incluidos, fue abucheado. A partir de entonces, la música de viento no paró. Cerezo volvió a ser objeto de las críticas del respetable. Sin embargo, el máximo dirigente fue tajante: "No tengo por qué hacer caso a lo que digan unos cuantos". Sin embargo, no fueron unos cuantos los que pidieron su marcha. Sorprendentemente, tras cada gol del Atlético la grada estallaba contra Cerezo. "La afición tiene que creer en el equipo", pedía Raúl García al finalizar el choque. En esa línea se manifestaba Abel, el técnico. "Ha sido un día difícil para todos", dijo con relación a la bronca, "pero tenemos que revertir la situación para que, poco a poco, nos vuelvan a aceptar".

Dentro de la ira de los atléticos, el caso más marcado fue el de Pernía, objetivo habitual de los silbidos en el Manzanares. "No creo que se hayan reído de él", afirmó Abel. Quizá no escuchó la monumental pitada con la que fue recibido al sustituir a Antonio López. Pernía, como el resto de la plantilla, también tuvo que escuchar cómo sus seguidores les acusaban de mercenarios. A ello se añadió una pancarta que manifestó, a lo largo de los 90 minutos: "Esta camiseta no os la merecéis". Interrogado sobre el amor por los colores de la plantilla, Abel, canterano y leyenda del club, quiso hablar de otra cosa: "Todo el mundo, de alguna manera, está comprometido. ¿Que sientan la camiseta o no? Eso es circunstancial, me vale con que sean profesionales".